«Alito» Moreno se perpetúa en el PRI: una reelección polémica y su impacto en el partido

Asegura su liderazgo hasta 2032 en medio de críticas y divisiones internas.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha dado un giro polémico al aprobar cambios en sus estatutos este domingo, permitiendo que su presidente, Alejandro «Alito» Moreno, continúe al frente del partido hasta 2032. La reunión, aunque transmitida en directo a través de las redes sociales del partido, fue llevada a cabo a puerta cerrada en el Pepsi Center de Ciudad de México, y ha sido objeto de duras críticas por parte de importantes figuras históricas y de una militancia dividida.

La asamblea del PRI y la controversia interna
El evento se desarrolló en una de las zonas más acomodadas de la capital mexicana. Sin embargo, ni el lugar ni las críticas impidieron que Moreno avanzara con su plan. Figuras relevantes del PRI, como Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes y Dulce María Sauri, han expresado su desaprobación. En una carta difundida esta semana, decenas de militantes exigieron la renuncia de Moreno debido a la crisis interna del partido.

A pesar de estas voces disidentes, el PRI celebró su asamblea nacional con varios de sus críticos esperando fuera del recinto, impedidos de ingresar. Los pocos que lograron entrar fueron marginados, sentados lejos del presídium. La tensión llegó al punto de que uno de los presentes rompió una puerta de cristal de una patada en señal de protesta. Dentro del recinto, el órgano directivo comenzó a leer las enmiendas a los estatutos. A los gritos de «¡no reelección!» de algunos militantes, la multitud, leal a Moreno, respondió con vítores de «¡Alito, Alito!».
La respuesta de «Alito» Moreno a sus críticos

Tomando el micrófono, «Alito» Moreno no perdió la oportunidad para lanzar una burla a sus detractores: «Ahí afuera estos que se dicen que participaban en el PRI, una bola de cínicos, de lacayos, al servicio del Gobierno y sus intereses, que quieren romper la unidad a cambio de inmunidad. Pero les digo, ellos fueron el peor lastre para nuestro partido», afirmó, enérgicamente respaldado por sus seguidores.

Futuro incierto para el PRI
Con esta aprobación, Moreno allana su camino para controlar el partido por un periodo de tiempo extraordinario. Sin embargo, la ironía es palpable: bajo su liderazgo, el PRI ha perdido considerablemente su poder. Tras las elecciones del 2 de junio, el PRI apenas conserva el gobierno en dos estados, Durango y Coahuila. En el Congreso, su representación es casi marginal, y la desbandada de militantes en los últimos años ha sido constante. Incluso, Moreno ha expulsado a figuras como Alfredo Del Mazo, calificándolos de «traidores».

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